
La danza de los macheteros en el Quindío es una de las más distintivas de la región. En sus inicios fue tanta la popularidad que alcanzó el baile, que se fundaron cerca de 20 escuelas de macheteros o peinilleros como también se les conoce, con lo que se le dio impulso a una de las tradiciones más representativas del Departamento.
En el baile pueden participar cualquier cantidad de parejas, ataviadas con trajes de campesinos del Eje Cafetero, quienes saltan al escenario y se enfrentan a machete, mientras danzan y dicen coplas al ritmo de Pasillos y Bambucos.
El juego es resultado de una simbiosis de tradiciones y técnicas francesas, españolas y antioqueñas, que provienen de la esgrima.
Según los expertos, de ese deporte practicado en exclusivos círculos sociales, surgieron a principios del siglo XIX un juego en la vida cotidiana campesina de Antioquia, Tolima y Cauca, donde se usó el machete por ser un elemento que los jornaleros llevaban en su cintura. El paso de la colonización antioqueña y caucana en el Eje Cafetero dejó como herencia el juego de los macheteros. (Tomado dehttp://www.eltiempo.com/archivo/documento/MAM-1242358, mayo 12 de 2010).
El baile de los macheteros, como actualmente se conoce, es llamativo, eso gracias a diferentes aspectos, como por ejemplo su proyección, su vestuario, su puesta en escena y el manejo de los machetes.
De igual forma es importante por su representación de los campesinos y la forma como se conjugaban el campo y la política en la época de auge de los partidos Liberal y Conservador. Este es el mito del baile.
El programa narrativo de la danza esta articulado de tal manera que las coplas sirvan de antesala para poner de manifiesto que con el uso de los machetes no se quiere hacer alusión a la violencia, sino que son un elemento representativo de los campesinos de la región quindiana. En esto se ve reflejado su nivel paradigmático.
En esta misma línea se puede decir que lo que se quiere es representar el empuje de los campesinos, quienes al luchar por una mujer están dispuestos a defenderse, pues saben manejar muy bien sus machetes, esa es la prueba calificante en la que se basan.
Retomando el nivel paradigmático de la danza, hay que tener en cuenta que esta se desarrolla con varias oposiciones semiótica en todos sus aspectos.
En lo que respecta a las coplas, la oposición radica en el peligro frente a la seguridad, esta aseveración se basa en la idea de que las coplas aclaran la intencionalidad de la danza.
Ahora veamos las oposiciones en el vestuario. Si bien los campesinos de la vida real no se visten de esta manera, las personas que practican la danza de los macheteros se visten así para darle proyección a la danza, para que la representación sea más agradable al público.
En cuanto a la danza propiamente dicha podemos decir que se presenta una conjunción con los inicios de la danza, pues aún el machete es el elemento característico del baile; y se da una disyunción entre hombres y mujeres, a menudo hay peleas entre ellos, solo hasta el final se ponen de acuerdo y deciden irse juntos.
Otro punto a tener en cuenta en el análisis de esta danza es el de los roles que ocupan los protagonistas del relato que es la danza. Tanto hombres como mujeres, según el HACER, son sujetos según el Saber, ya que tienen el conocimiento suficiente para manejar los machetes al ritmo de la música.
Asimismo los hombres que se pelean por la mujer hacen alusión al orgullo. Según el SABER, ellos son sujetos según el querer, pues lo que buscan es el amor de la mujer por la que se pelean.
Con todos sus códigos, tanto sociales, como de la vestimenta, y lingüísticos, la danza de los macheteros busca hacer honor a una raza, la campesina. Honor que se logra con la creación de una tradición como este baile.